viernes, 25 de enero de 2013

Procrastinar 101

Este año comence a leer un libro sobre procrastinación que la verdad no termine. Mala idea, talvez hoy estuviera poniendo en practica los sabios consejos de William Knaus. Le daba una perspectiva cognitva-conductual y emocional a la procrastinación, estaba interesante.....hasta que mi deseo por un libro diferente me convenció que mejor le daba pausa y lo retomaba con más ganas. Y despues vino otro libro, me envicie con algun programa y....ahora culpo a mi procrastinación de seguir procrastinando.

Hoy estoy en uno de esos días en los que mi cerebro simplemente tomó una pancarta de "out of business" y no lo hago arrancar...por mas negociación, indulgencia, firmeza....nada. Este reporte no avanza...no se si es el clima, tal vez el dolor de cabeza, la bulla del aire acondicionado afuera de mi oficina pero la procrastinación ha encontrado una pista de aterrizaje y se instaló.

No me pasa todos los días, pero tampoco me pasa menos de lo que quisiera. Es una lucha enfocarme durante las mañanas, tengo que tener la guardia muy firme para no caer en los "time monsters" que atentan contra mis minutos. Para mi, que sería la psicóloga escolar mas feliz de la ciudad trabajando en una escuela de noche. Solo de imaginarme evaluando con los grillos de fondo ya me pongo de mejor humor. Pero mientras eso sucede, hay que resolver!

Las actividades procrastinadoras pueden aparecer en una variedad muy dinámica. Van desde adoptar el oficio de una agente de viajes, hacerlas de investigador privado, inscribirse para salvar el mundo en alguna página de voluntariado hasta convertirme en la DJ de la concentración por medio de Youtube. Estoy segura que antes del internet la gente procrastinaba menos. Esa es una de las peores maneras de dejarse llevar. Un minuto estoy hablando de las fortalezas y debilidades de fulanito x en un reporte y al siguiente minuto estoy armando viaje para el otro lado del mundo, investigando sobre el curso de quien sabe qué, o inscribiéndome a un webinar de TDAH que lo más probable ni tenga tiempo de escuchar. Las visitas a la cafetería, ofrecen otro paliativo, que lejos de suplir una verdadera necesidad alimenticia, busca la divagación y la interrupción del trabajo. Y dar una caminadita no cae mal, lo que cae mal, es esa galleta que no necesitaba, esas calorías que se van sumando y el dinero que se va restando diariamente.

Algo que si me funciona, es poner música de fondo, pero de preferencia con audífonos. No cualquier música, tiene que ser la adecuada. Esto es lo que creo que mas me ha ayudado..aparte del trabajo a última hora cuando el cerebro ya no se puede dar el lujo de dilatar la entrega del trabajo.

Espero algún día...no muy lejano...ser la master de la no procrastinación...hasta entonces, a seguir en la lucha!